lunes, 19 de abril de 2021

ECOLOGIA ADMINISTRACION ECONOMIA


  LA ECOLOGIA

              SU HISTORIA Y RELEVANCIA PARA LA HUMANIDAD

     La palabra ecología se deriva del griego oikos, que quiere decir “casa”, y logos que significa “tratado” o “estudio”. Por lo tanto, el estudio del ambiente en el hogar, incluye a todos los organismos que en el habitan y a los procesos funcionales que lo hacen habitable.

    Literalmente, ecología es el estudio de “la vida en casa” haciendo énfasis en “las relaciones de los seres entre si y su entorno”, por citar una definición estándar de la palabra.

     La palabra economía también deriva de la raíz griega oikos. Mientras que nomos significa regulación, gobierno o administración; por lo cual, economía se traduce como “la administración o gobierno de la casa”, en consecuencia, la ecología y economía deben ser disciplinas paralelas.

    Desafortunadamente, muchas personas consideran a los ecólogos y a los economistas como adversarios con visiones antitéticas. La tabla anexa intenta ilustrar las diferencias percibidas entre economía y ecología.

    La ecología fue de interés práctico desde comienzos de la historia de la humanidad. En las sociedades primitivas, todos los individuos tuvieron la necesidad de conocer su entorno, es decir, entender las fuerzas de la naturaleza, las plantas y animales que los rodeaban, para sobrevivir. El inicio de la civilización coincidió, de hecho con el uso del fuego y otras herramientas para modificar el ambiente.

    Gracias a los logros tecnológicos, los humanos parecen depender menos del entorno natural para sus necesidades cotidianas; muchos de nosotros olvidamos nuestra dependencia continua de la naturaleza para obtener aire, agua y de manera indirecta, alimentos, sin mencionar el control de los desechos, la recreación y muchos otros servicios que la naturaleza nos suministra.

     Además, los sistemas económicos, de cualquier ideología política, valoran aquellas cosas fabricadas por los seres humanos que benefician principalmente al individuo y, sin embargo, conceden menos valor monetario a los bienes y servicios de la naturaleza que nos benefician como sociedad.

      Hasta que se produce una crisis, los humanos tienden a considerar los bienes y servicios naturales como algo garantizado, asumimos que son ilimitados o de algún modo reemplazables mediante innovaciones tecnológicas, aunque sabemos que cosas necesarias para la vida, como el oxígeno o el agua, quizá sean reciclables, pero no reemplazables.    

     Mientras consideremos que los sistemas vitales son gratuitos no tendrán ningún valor en los sistemas actuales del mercado; como todas las fases del aprendizaje, la ecología ha experimentado un desarrollo gradual, aunque espasmódico, en el curso de la historia registrada. 

    Los escritos de Hipócrates, Aristóteles y otros filósofos de la antigua Grecia contienen claras referencias a temas ecológicos. Sin embargo, los griegos carecían de una palabra para referirse a la ecología.

     El origen de esta palabra es reciente, fue propuesta por primera vez por el biólogo alemán Ernst Haeckel en 1869. Haeckel definió la ecología como “El estudio del entorno natural, incluyendo las relaciones mutuas entre los organismos y su entorno”. Antes de esto, durante el renacimiento de la biología en los siglos XVIII y XIX, muchos estudiosos habían contribuido a este campo, aunque aún no se empleaba la palabra ecología.  


                         https://www.atzimbaprescott.mx/

miércoles, 19 de febrero de 2020

Seguir al pez descerebrado

Seguir al pez descerebrado



   La forma más antigua de la sociedad en el sentido más lato de la palabra es la formación de multitudes anónimas, de que nos dan el mejor ejemplo los peces en alta mar.
   La tropa entera puede responder a los estímulos que provocan atracciones, o sea “taxias positivas”, aun cuando un solo individuo sea el que las recibe.
(“Inducción social” entre los sociólogos) hace que un banco de peces sea más difícil de mover cuantos más individuos lo componen y mayor es su instinto gregario.
   Cuantos más son los peces que se apartan en la misma dirección obedeciendo a algún estímulo externo, mas son las probabilidades de que los siga el banco entero.   
   Pero cuanto mayor es el banco y por ende mayor su resistencia a dejarse arrastrar, menos se alejarán sus individuos emprendedores antes de volver al banco como atraídos por un imán.
   Al ver esos esfuerzos fallidos uno se indigna contra la democracia y está a punto de reconocer las ventajas de la política autoritaria. 
  Pero una experiencia de Erich von Holst, muy sencilla y de gran importancia sociológica, nos demuestra que estamos bastante equivocados.
    Quitó a un gobio (Phoxinus laevis) la porción anterior del cerebro donde se hallan, por lo menos en esos pececillos, todas las reacciones de adhesión al banco. 
  El gobio operado ve, come y nada como sus congéneres normales y lo único que lo distingue de éstos es que le da perfectamente lo mismo apartarse del banco sin que nadie lo siga. Lo que le falta es la vacilación y la preocupación del pez normal, que por mucho que desee nadar en una dirección determinada, en cuanto ejecuta los primeros movimientos se vuelve hacia sus compañeros y se deja influir por el número de los que le siguen o el de los que no le siguen. 
   Al pez descerebrado por Von Holst eso no le preocupaba lo más mínimo; y si veía alimento o cualquier otra cosa atractiva, nadaba con decisión hacia el objetivo y… he ahí que todo el escuadrón lo seguía.
 Precisamente el defecto del pez operado lo convertía en jefe.

   La acción de la agresión intraespecífica, al separar y distanciar los animales de la misma especie, es contraria al instinto gregario, la fuerte cohesión y la fuerte agresión se excluyen mutuamente. Pero en troquelados menos extremos, ambos mecanismos de comportamiento puede avenirse. Incluso en las especies que forman multitudes inmensas, los individuos jamás se acercan más allá de cierto límite unos a otros, y siempre queda entre dos de ellos un espacio mínimo.
   La distancia entre dos individuos corresponde exactamente a aquella que permitiría a dos animales tocarse con los picos (proxemia). Inmediatamente después de posarse, los estorninos se hallan a distancias irregulares unos de otros; pero en seguida empiezan a picotearse los que están demasiado juntos, y así siguen hasta que entre todos queda establecida la distancia individual, “prescrita”, como la llama acertadamente Hediger. (tomar distancia)
   Puede considerarse que el espacio cuyo radio determina la distancia individual, es en cierto modo un pequeño territorio mueble, ya que los mecanismos de comportamiento garantizan su integridad son en principio los mismos que delimitan los territorios de la forma dicha. Hay también territorios verdaderos.
   Hemos mencionado, para no omitir nada, que la adhesión a la manada y la agresión intraespecífica no se excluyen del todo.
   Los mecanismos de formación de una multitud anónima pueden ser no solamente inhumanos, sino algo verdaderamente terrible. En la sociedad humana, esos mecanismos están más o menos ocultos, y en su lugar aparecen relaciones no anónimas, bien organizadas, entre los individuos; pero hay un caso en que hacen erupción con la fuerza indomeñable de un volcán  dominan por completo al hombre, dando ocasión a un comportamiento que ya no puede denominarse humano. 

Konrad Lorenz
libro: "Sobre la agresión: el pretendido mal"
Capitulo VIII La multitud anónima (psicosis colectiva: ausencia de cerebro)

domingo, 12 de mayo de 2019

CUIDADO PARENTAL, Conceptos Paternos



   CUIDADO PARENTAL
Conceptos Paternos

   El medio afecta al individuo y el individuo afecta al medio con sus conceptos, es decir, lo que hace es porque considera que es correcto, de lo contrario no lo haría, ya que sus actos conscientes reflejan sus razones inconscientes. por mucho tiempo me pregunte: ¿Porqué hacen lo que hacen? Si los actos se basan en los conceptos individuales, significa que la Sociedad Actual tiene conceptos erróneos. Seria interesante saber si es necesario recordar la etiología de la conducta parental animal para reflexionar en donde se ha distorsionado el ser humano en tan diversos conceptos de paternidad y maternidad, y digo diversos porque el hecho de pedir alimento al Estado y no a la Madre, significa que desconocemos quien tiene el rol biológico de alimentar.

OBJETIVO GENERAL


    Analizar cuales son los conceptos de responsabilidad que tienen los padres de  familia en cuanto a cual es su rol,: Mama, Papa, Abuelos, Tíos Hermanos, etc, cual es la responsabilidad de la Escuela cual cree que es la responsabilidad del Estado/Gobierno.

                                                            OBJETIVOS ESPECÍFICOS
  • Conocer los conceptos y creencias de los padres de familia: que entienden por paternidad parental, paternidad social, paternidad biológica, tiempos y edades para la protección.
  • Hacer un comparativo entre maternidad animal y maternidad humana.
  • Los humanos esperan "paternidad maternal" del Estado, sobreprotección Escolar.
  • A que edad termina la maternidad biológica e inicia la maternidad social.
  • Cual es la diferencia entre Maternidad y Paternidad.
MARCO TEÓRICO

   Numerosos estudios empíricos demuestran que hay una relación muy clara entre el tiempo de dedicación de los padres al cuidado de los niños y su desarrollo cognitivo en una edad temprana. La cantidad y la calidad del tiempo dedicado a los hijos, especialmente en los primeros años de vida, puede llegar a tener consecuencias importantes en el rendimiento escolar e incluso en la futura integración social y laboral de los menores. Esta observación es de suma importancia en el contexto español, caracterizado por un alto porcentaje de abandono de la escuela secundaria, que aboca a muchos jóvenes al difícil reto de integrarse en el futuro próximo a la competitiva y cambiante economía del conocimiento. Este estudio aporta una detallada descripción sobre el tiempo que dedican los padres a sus hijos pequeños (hasta 10 años de edad). El objetivo es analizar el tiempo total de dedicación de los padres al cuidado de sus hijos y las diferencias en el tiempo de “calidad” (actividades que contribuyen a fomentar el desarrollo cognitivo de los menores como, por ejemplo, la lectura) dedicado a los menores según grupos sociales. El trabajo de investigación se ha basado en una muestra de 3.692 padres y 3.692 madres con al menos un hijo menor de diez años extraída de la Encuesta de Empleo del Tiempo (2002-2003). A partir de este estudio se concluye que:
  • La cantidad y la calidad del tiempo dedicado a los hijos en los primeros años de vida está desigualmente distribuida según las características sociales de las familias (nivel educativo y clase ocupacional de los padres). Las parejas en las que ambos padres tienen estudios universitarios dedican más tiempo a los cuidados de estimulación intelectual (“tiempo de calidad”). Asimismo, existen diferencias significativas en el tiempo y actividades realizadas con los hijos menores en función de la clase ocupacional del padre: los profesionales (dirección y gerencia de empresas, arquitectos técnicos, etc.) dedican más tiempo a las actividades consideradas de alta intensidad (cuidados físicos y vigilancia de niños) y, consiguientemente, positivas para el desarrollo del menor.
  • Las jornadas laborales superiores a las 45 horas semanales, las jornadas partidas y sin flexibilidad horaria, así como la ubicación en ciertos grupos ocupacionales (trabajadores autónomos no cualificados) están asociadas a menor tiempo de dedicación y, especialmente, a menor tiempo de “calidad” para interactuar, aprender y compartir espacios de ocio con sus hijos. 
  • La incorporación de la mujer al mercado de trabajo no repercute negativamente en el cuidado de los menores, ya que aquéllas suelen compensarlo con un aumento en el tiempo de dedicación a actividades de cuidado de calidad
  • Se mantienen las diferencias de género en las pautas (tipo de actividad realizada con los menores) y tiempo total de dedicación a los hijos. 

   Según los datos de la Encuesta de Empleo del Tiempo, en 2003 las mujeres con al menos un hijo menor de 10 años dedicaban a los cuidados una media de 452 minutos al día, frente a los 274 minutos de los hombres (7,5 y 4,6 horas, respectivamente). Las mujeres dedican más tiempo que los hombres a los cuidados tanto de alta como de baja intensidad y a los de supervisión. Sin embargo, en lo que respecta a los cuidados de estimulación, no encontramos diferencias de género.
   
  El principal reto que plantea este trabajo a los agentes políticos es evitar la transmisión de las desigualdades sociales de padres a hijos que se generan desde la infancia. Las intervenciones públicas deberían compensar las carencias en los cuidados recibidos por los menores, las carencias en “tiempo de calidad”, de las familias más desfavorecidas por su posición laboral o educativa mediante políticas sociales, así como fomentar la igualdad de oportunidades de la infancia a través de un recurso fundamental: el tiempo de los padres para cuidar y educar a sus hijos.

   Se estima que el desarrollo de la diversidad de tipos de cuidados parental refleja una variación entre los beneficios y los costos que demandan y proveen a machos y hembras los diferentes tipos de cuidado parental. Estos, a su vez, dependen de f actores como la dependencia de las crías al cuidado, peligros ambientales, características del ciclo vital, oportunidades de apareamiento, e incertidumbre parental (Westneat and Sherman 1993).(4)

   Evolución del Cuidado Parental
  
   Se ha evidenciado que la evolución del cuidado parental se puede observar a través de este como una Adaptación Evolutiva del organismo reproductor y la manera en cómo actúa la Selección Natural sobre las crías; estos temas se verán más profundamente a continuación.

   El cuidado parental es una adaptación evolutiva por la cual un organismo reproductor no se limita a producir copias de su material genético, sino que además emplea parte de su presupuesto en aumentar las posibilidades reproductivas de esas copias, incluso a costa de su propia reproducción futura. 

   En los organismos con reproducción sexual y existencia de sexos separados, se plantea una situación de conflicto entre el macho y la hembra respecto a la magnitud de su aportación al cuidado parental.

  El resultado de este conflicto afecta a las tasas reproductivas potenciales de machos y hembras y a la intensidad y dirección de la selección sexual. 

  El cuidado parental plantea decisiones sobre número frente a tamaño de las crías, así como acerca de cuánto invertir en una determinada cría a costa de las reservas de presupuesto parental para otras crías presentes o futuras. 

   La Selección Natural actúa a su vez sobre las crías para obtener de los padres una cantidad óptima de cuidado parental que puede no coincidir con el óptimo desde el punto de vista de ellos, lo cual provoca los conflictos paterno-filiales y entre hermanos. Los organismos sexuales deben tomar una decisión acerca de cómo dividir su presupuesto reproductivo en la función masculina y femenina. El reparto óptimo en ambas funciones depende del retorno de éxito esperado a través de cada una de ellas, en lo que interviene tanto la situación poblacional como las condiciones del propio organismo reproductor. (Carranza, J. 2003)

   Los padres de la mayoría de los animales, incluyendo la gran mayoría de invertebrados, no proveen de cuidados a su descendencia más allá de un pequeño paquete de yema que sirve como fuente de alimento hasta que la prole es capaz de alimentarse por sí misma. Algunos animales, sin embargo, hacen grandes esfuerzos para incrementar las posibilidades de supervivencia de su prole, protegiéndolos de los depredadores, la falta de alimento, la desecación y otra serie de peligros externos.


   En los mamíferos y las aves, uno o ambos padres proveen elaboradas formas de cuidados que incluyen la alimentación del embrión en desarrollo con placenta o yema, protección de depredadores y parásitos, aprovisionamiento alimenticio luego del nacimiento, etc. Encontramos ejemplos menos conocidos entre otras clases de animales, como el cuidado de huevos hasta la eclosión en algunos anfibios peces e invertebrados y de especies vivíparas entre arácnidos, peces y reptiles. 


   El cuidado parental tiene lugar cuando cualquiera de los padres incrementa las oportunidades supervivencia y crecimiento de la prole, usualmente a costa de su propia supervivencia y oportunidades de reproducción. (Smeseth, P. Kolliker, M. Royle, N. 2012) (5)
  

 APROXIMACIÓN CIENTÍFICA 

AL ESTUDIO DEL PARENTAMIENTO

     Una aproximación etológica al estudio del parentamiento[6]
               Parentamiento y mundo animal
   El concepto de parentamiento hace referencia a “la actividad que realizan los padres para tratar a los hijos”[7]. Este “cuidado parental” en términos biológicos, está presente en la mayoría de las especies animales, con mayor o menor intensidad y alcance temporal, se manifiesta en los comportamientos de cuidado y protección hacia las crías en las primeras etapas del desarrollo, asegurando así una necesidad básica común: la supervivencia. Son los progenitores los que realizan una particular “inversión”, en términos de tiempo, energía y dedicación, para satisfacer las necesidades evolutivas del niño o cría. Esta inversión, variará en función de la mayor o menor capacidad instintiva autónoma de la cría, es decir de su mayor o menor capacidad de adaptación autónoma inicial al medio en el que se desarrolla[8].
   Zoólogos y etólogos han realizado importantes investigaciones para determinar qué factores están implicados en el desarrollo evolutivo de las especies animales, aportando así las claves para comprender la importancia del parentamiento en los seres vivos. Parten de una doble perspectiva: la interacción ambiente y genes. Para estos científicos, todo comportamiento se manifiesta a través de mecanismos de activación y terminación, basados en la interrelación de unos estímulos internos (pautas de acción innatas e instintos) y externos (estímulos y situaciones del ambiente).
   Darwin se interesó en su obra por el estudio de la evolución del comportamiento animal, dedicando parte de su vida al estudio de los patrones de conducta propios de cada especie. Ésta línea de investigación ha sido desarrollada por alguno de los etólogos más reconocidos del siglo XX. Autores como Tinbergen o Thorpe, descubrieron los complejos patrones de comportamiento exclusivos a diferentes especies de aves e insectos, que se ven influenciados por la interacción progenitor-cría. Los descubrimientos sobre las “Pautas de acción fija” o comportamientos innatos biológicamente heredados, son una de las bases de la teoría etológica. Konrad Lorenz, zoólogo y etólogo premio Nobel de medicina en 1973, describió y descubrió el concepto de impronta. Observó, cómo al nacer, las aves pasan por un periodo crítico en el que el animal muestra un fuerte apego con el primer ser vivo que encuentra al salir del cascarón[9]. Estos patrones de comportamiento se dan en todos los miembros de una especie (son exclusivos de la especie) e incluso bajo condiciones de aislamiento, poniéndose así de manifiesto su carácter hereditario. Sin embargo, estos patrones heredados sólo se darán bajo las condiciones externas necesarias. Se habla así de “desencadenantes sociales”, o estímulos externos que activan la conducta animal (el despliegue de la cola en aves), o que paralizan la acción (supresores sociales), poniéndose así de manifiesto cómo los comportamientos más instintivos son modulados por señales ambientales.
   Pero, el impacto del ambiente en la conducta animal heredada va mucho más allá de la simple facilitación, y en el caso de las crías el comportamiento de los padres influirá decisivamente en su posterior desarrollo. Los comportamientos innatos se desarrollan siguiendo unas fases sensitivas en las que las alteraciones en las respuestas parentales juegan un papel esencial, llegando a modificar las pautas de acción o incluso anularlas (Padilla, 1935). Así por ejemplo, si las condiciones ambientales necesarias para que se desarrolle una determinada pauta de acción adaptativa en una cría no están disponibles (por ejemplo la provisión de alimentos por parte de la madre), existen numerosos tipos de mamíferos y aves, en los que tal comportamiento innato esperado (por ejemplo el picoteo del pollito) no se materializará nunca transcurrido el periodo crítico necesario. Además, la intensidad, de estos estímulos externos facilitados por los cuidadores, puede así mismo condicionar la forma en que se materializarán las pautas  fijas de acción. Por ejemplo, las ratas que en el periodo de lactancia son sometidas a una severa escasez de alimentos (si la madre por ejemplo no ha logrado conseguir el alimento suficiente) son más tendentes al comportamiento de almacenamiento. En esta línea, el profesor Jonathan Seckl, profesor de medicina molecular en el Endocrinology Unit Centre For Cardiovascular Science del Queen’s Medical Research Institute[10], realizó una experimento, sometiendo a altos niveles de estrés a ratas preñadas, cuyos descendientes tuvieron niveles de estrés cronificados y menor capacidad de planificación. Este experimento supuso una importante fuente de información: no sólo el comportamiento materno directo afecta al desarrollo evolutivo animal, también sus estados internos en etapas prenatales. Desde esta perspectiva, si las respuestas de los cuidadores no son las apropiadas, las crías se verán enfrentadas a diferentes situaciones conflictivas con importantes consecuencias evolutivas. Los experimentos de Seckl, ponen de manifiesto que las dificultades o restricciones parentales enfrentan a un animal a resolver situaciones novedosas o adversas, produciendo en muchos casos, patrones de conducta desadaptativos[11], que podrán legar a las siguientes generaciones.
   Los comportamientos hasta aquí referidos, sean aprendidos o heredados convergen en un punto: la finalidad última es la satisfacción de las necesidades útiles para la supervivencia. El trabajo científico tradicional ha estado centrado en el estudio de la satisfacción de necesidades alimentarias y reproductivas. Sin embargo son cada vez más los científicos que afirman[12], que las necesidades filiativas o de protección son vitales para la supervivencia animal, especialmente en mamíferos, y no un simple medio para lograr alimento u oportunidades reproductivas. Un estudio elaborado por Harlow en 1958, puso de manifiesto esta necesidad, que Bolbwy posteriormente denominó necesidad de apego. Observó como los primates criados con madres artificiales, se asían a las muñecas con texturas más suaves y cómodas, permaneciendo junto a ellas, aun sin que éstas les proporcionaran alimento. Igualmente Lorenz, observó cómo las aves mantenían un comportamiento de apego sostenido y constante con las figuras maternas expuestas durante los primeros días de su vida, aunque estás tampoco les alimentasen.
   De esta forma, y como afirma Bolbwy: “el comportamiento animal de apego tiene lugar en las crías de casi todas las especies de mamíferos, y en cierto número de ellos, continúa durante la edad adulta (…). La regla general es el mantenimiento de proximidad, por parte de un animal inmaduro, a un adulto preferido, casi siempre la madre, lo cual indica que tal comportamiento tiene un valor para la supervivencia”. La cercanía constante de la madre, proporciona al animal los primeros y más valiosos aprendizajes de contacto con el mundo: el aprendizaje de imitación de las conductas maternas, la protección climatológica, la protección frente a depredadores, el aprendizaje de las principales formas de socialización en la manada. Si esta necesidad de apego adaptativo no se satisface correctamente, el animal verá limitado el desarrollo de los diferentes sistemas de acción asociados (exploración, integración en la manada) o incluso paralizarlos.
   La clave del correcto desarrollo animal se basa en la interrelación del organismo-ambiente para la satisfacción de las necesidades propias a cada especie. Los progenitores se convierten en actores fundamentales del desarrollo de su prole[13], especialmente mediante la provisión de una fuente de apego constante. Las especies con mayores tendencias o necesidades de acompañamiento primario, como los mamíferos, requerirán de unos progenitores más implicados, capaces y adaptados a sus necesidades evolutivas.
1.1.2 Parentamiento en humanos
   “Un niño que sabe que su figura de apego es accesible y sensible a sus demandas les da un fuerte y penetrante sentimiento de seguridad, y la alimenta a valorar y continuar la relación” (John Bowlby, 1986).
“Cuando el primer bebé sonrió,
 su sonrisa se fragmentó en mil pedazos y
 cada uno de ellos se convirtió en un hada”.
   En la especia humana, la importancia de la actividad parental es crucial debido a nuestra particular evolución filogenética[14]. Los recién nacidos llegan al mundo, con unas limitaciones evidentes en comparación a otras especies. Esta indefensión temprana podría ser una de las claves del éxito de nuestro desarrollo como especie. Nacemos desprovistos de la capacidad de aplicar la mayor parte de los recursos necesarios para sobrevivir, con un sistema nervioso casi inmaculado que necesita del entorno para desarrollarse. Pero es precisamente esta potencial impronta, en su contacto con el otro, la que nos permite desarrollar las habilidades más sorprendentes, sofisticadas y variables, habilidades que vamos entrenando en la etapa más larga de parentamiento del mundo animal. Ante la extrema vulnerabilidad del recién nacido, son los padres los principales encargados de identificar y proporcionar de manera urgente y vital, los cuidados necesarios para satisfacer sus principales necesidades desde el momento de su concepción, y por lo tanto son los encargados de cimentar la configuración de todos los potenciales recursos de los que dispone la especie humana. Pero, ¿Cómo se produce esa interacción?
   Para dar respuesta a esta cuestión, John Bowlby, psicoanalista inglés, fruto de su experiencia clínica con niños en situación de abandono y basándose en los descubrimientos etológicos del pasado siglo, formuló la ya clásica teoría del apego. La tesis central se basa en que los bebés se desarrollarán de manera satisfactoria, si en su relación con la madre establecen una relación de apego seguro. Según el autor, la necesidad de apego que un bebé experimenta de forma innata hacia su madre (presente además en otras especies animales), se verá satisfecho si éstas ofrecen un espacio de cuidado y proximidad constantes, o si, en otras palabras, el bebé percibe una aceptación y protección incondicional. Este entorno maternal proporcionará al bebé un estado de seguridad básico para la supervivencia, que ayudará al niño a superar las situaciones de ansiedad o miedo, favoreciendo así el desarrollo de una sana capacidad de resiliencia (capacidad para enfrentarse a las situaciones adversas), exploración y contacto con el entorno. El desarrollo de esta capacidad estará entonces determinada en gran medida por la accesibilidad y capacidad de respuesta de la principal figura con la que el bebé establece el vínculo.
   A pesar de que nacemos con pocos recursos innatos, los humanos disponemos de unas pautas predeterminadas de acción. Nacemos con unos reflejos de supervivencia inmediata (succión, prensión…), y con unos particulares patrones innatos centrados en la interacción social y más en concreto con la interacción con la madre. Desde la etología se afirma que estos patrones de conducta filogenéticos humanos están casi exclusivamente al servicio de la interacción con la madre. Estos patrones innatos de comportamiento son mucho más limitados y básicos en comparación con el resto de las especies animales. Nos hemos ido alejando de las pautas fijas de acción a favor del aprendizaje en interacción, lo cual nos ha proporcionado una enorme capacidad de adaptación, variabilidad y flexibilidad ante las demandas ambientales y sociales. Para Bowlby, estas tendencias innatas se basan en la necesidad del bebé (igual que en otras muchas especies) a estar vinculado y próximo a la madre. Este autor postula que estas armas de contacto con la madre son: el llanto, la sonrisa, la tendencia a extender los brazos, conductas hacia los que los padres parecen ser especialmente sensibles y están motivadas o reguladas por los impulsos internos que el bebé no puede satisfacer de manera autónoma: hambre, dolor, necesidad de proximidad. El llanto puede ser considerado con un desencadenante social, es la más primitiva forma de lenguaje mediante el cual el bebé indica que alguna de sus necesidades está insatisfecha y se calmará cuando la madre la resuelva rápida y adecuadamente[15]
   Pronto, las madres comienzan a identificar diferentes tipos de llanto, ya que según Bolbwy, estás están “preprogramadas para responder a las señales del bebé”. La sonrisa es así mismo, un patrón específico de interacción con la madre, básico para la supervivencia infantil y centrado casi exclusivamente en la necesidad de filiación. Varios estudios han demostrado que existe una cuota de supervivencia diferencial que ha favorecido a los bebés que sonreían más[16], y que los bebés sonríen preferentemente al nacer a los rostros humanos y conocidos de manera espontánea sin condicionamiento inicial. Así mismo, el trabajo de Harlow sobre contacto táctil de las crías con las madres, puso de manifiesto que el contacto es igualmente una respuesta preadaptada que promueve en desarrollo del vínculo con la madre. Mediante sus conductas, madre e hijo van reproduciendo diversas rutinas sincrónicas (conocidas también como “bailes”[17]), en las que cada participante asume un papel y un ritmo alternante de intercambio, van consolidando así un espacio de vinculación afectiva. Con su repertorio, los bebés buscan mantener la proximidad con la figura de apego, resistiéndose a la separación, y protestando si se lleva a cabo (ansiedad de separación), utilizando a la madre como “trampolín” desde el que explorar el mundo.
   Bolwby, en su experiencia clínica, pudo observar las consecuencias que un inadecuado desarrollo del apego seguro en la interacción madre-hijo tiene para la salud mental de las personas, hasta el punto de afirmar que: “si queremos ayudar terapéuticamente a un paciente es necesario que le permitamos considerar en detalle cómo su actual modo de percibir y tratar con personas que tienen importancia emocional para él, puede estar influido y quizás alterado por las experiencias que tuvo con sus padres durante su niñez”. Las causas a las que Bolwby alude frecuentemente para explicar las patologías clínicas son: 1) que los padres no atienden las demandas del niño o incluso las rechazan, 2) la asistencia parental es discontinua, 3) se producen frecuentes amenazas como forma de control filial (de abandono, de violencia física, de abuso…), 4) se induce al niño a sentirse culpable de su comportamiento. 
   Este tipo de comportamientos paternos, pueden producir en el niño diferentes tipos de patrones de apego (apego angustiado, apego compulsivo…). Mary Ainsworth, en su trabajo con niños en Uganda, encontró unas pistas adicionales sobre las consecuencias de la calidad de la interacción madre-hijo y su influencia sobre la formación del apego. Ainsworth encontró tres patrones principales de apego: niños de apego seguro (lloraban poco y se mostraban contentos y activos en las actividades de exploración); niños de apego inseguro (lloraban mucho, aun en brazos de sus madres); y niños que parecían no mostrar apego ni conductas diferenciales hacia sus madres. Estos comportamientos se configuraban, como anticipó Bowlby, en función de la sensibilidad y respuestas de los cuidadores a las peticiones del niño.
   El contacto directo con los cuidadores, al igual que en animales, aseguran la supervivencia infantil, garantizando la satisfacción de las necesidades básicas (alimento, proximidad) y sirven de base para el desarrollo de las habilidades humanas (regulación emocional, pensamiento, exploración). La interacción madre-bebé, es básica para el desarrollo humano, extendiéndose como veremos, hasta bien entrada la adolescencia, y tendrá unas mejores o peores consecuencias, en la medida en la que los cuidadores, hayan sabido responder acertadamente a las necesidades infantiles.



CÓMO SE DISTRIBUYEN LAS RESPONSABILIDADES DE CUIDADO PARENTAL EN LA FAMILIA Y SOCIEDAD



BIBLIOGRAFÍA

  • 1. PALACIOS J; Castañeda E. La primera infancia (0-6 años) y su futuro: Fundación Santillana,    Madrid. 2009.
  • 2. UNICEF. Hacia una política pública en desarrollo infantil temprano. 2005. [En línea]. Disponible en: <https://www.unicef.org/argentina/spanish/Sistematizacion_final.pdf> [consulta: 10 de Abril del 2017].
  • 3. IMSS Instituto Mexicano del Seguro Social. Control y seguimiento de la SALUD EN LA NIÑA Y EL NIÑO menor de 5 años en el primer nivel de atención. 2015 [En Línea]. Disponible en: <http://www.imss.gob.mx/sites/all/statics/guiasclinicas/029GER.pdf> [Consulta: 20 Octubre 2017 
  • 4. GONZALEZ Ma. J., Dominguez M., y Baizan P., Cuidado parental en la infancia y desigualdad social: un estudio sobre la Encuesta de Empleo en España.
  • 5. MARTINEZ K., Avila J.,Universidad Pedagógica Nacional de ColombiaSeminario de Evolución, http://evolucionycuidadoparental.blogspot.com/p/a1.html
  • 6. BOLBWY, J. Un enfoque etológico de la investigación del desarrollo infantil. 30:230-40. England: British Journal of Medical Psychology, 1957.
  • 7. CUADRA, J. Módulo: Parentamiento y Reparentamiento. Madrid: Instituto Galene de Psicoterapia, 2010.
  • 8.  CASTRO-FRANCO, R et al. “Del cuidado parental al refinamiento de una conducta para la sobrevivencia”. Boletín de la academia general de biología. Méjico: Laboratorio de Herpetología – CIB – U. A. E. M, 2004.
  • 9. RICE, F. Desarrollo humano: estudio del ciclo vital. México: Prentice Hall, 1997.
  • 10. CELNIKIER, F. http://www.epigenetica.org/?page_id=190, 2007.
  • 11. BOWLBY, J. Vínculos afectivos: Formación, desarrollo y pérdida. Madrid: Ed. Morata, 2006.
  • 12. Lorenz, 1950; Robertson y Robertson, 1967;  Heinicke y Westheimer, 1966; Ainsworth, 1967.
  • 13.  CASTRO-FRANCO, R et al. “Del cuidado parental al refinamiento de una conducta para la sobrevivencia”. Boletín de la academia general de biología. Méjico: Laboratorio de Herpetología – CIB – U. A. E. M, 2004.
  • 14. VÉLEZ, A. Del Big Bang al Homo sapiens. Universidad de Antioquia, Medellín, segunda edición, 1998.
  • 15. RAZNOSZCZYK, C, et al. Estudio de la expresividad emocional y la regulación afectiva en díadas madre-bebé durante el primer año de vida y su relación con la autoestima materna. Buenos Aires: Facultad de Psicología – UBA / Secretaría de Investigaciones / XII Anuario de Investigaciones, 200.
  • 16. BOWLBY, J. Vínculos afectivos: Formación, desarrollo y pérdida. Madrid: Ed. Morata, 2006.

domingo, 28 de abril de 2019

Mapa conceptual de Apendizaje


Mapa conceptual
Aprendizaje Autónomo y Estrategias  Cognitivas

Los hábitos de estudio incluyen tres elementos que debemos tomar en cuenta: 
        saber estudiar (estrategias de aprendizaje), 
        querer estudiar (motivación y metacognición) 
        y poder estudiar (manejo de recursos),
                   estos son factores importantes para lograr el éxito en los estudios. 

         Descripción En investigaciones realizadas sobre el tema de aprender a aprender se ha comprobado que los estudiantes con éxito difieren de los que tienen menos éxito en conocer y usar estrategias más sofisticadas que la pura repetición mecánica. Por lo anterior, en esta actividad vamos a reflexionar en la forma como aprendemos para autorregular nuestras acciones a fin de favorecer la adquisición de diferentes estrategias. Una característica importante de la modalidad abierta y a distancia es el aprendizaje autónomo. 

   Aprender es un proceso que implica esfuerzo, y para ello debemos regular nuestras acciones a través del uso de la metacognición, que sirve para planear, controlar y evaluar los resultados, favoreciendo el aprendizaje estratégico. Las estrategias cognitivas se utilizan en determinados momentos para conseguir determinados resultados, sin embargo, la automotivación y el interés son dos aspectos básicos para el aprendizaje, tal como dice la frase, “querer es poder”. 

   No basta con conocer estrategias de aprendizaje, también tenemos que aplicarlas a nuestra rutina diaria, es decir, convertirlas en acciones naturales e internas. Esto nos permitirá aprender estratégicamente y hacer de nosotros aprendices autónomos y autorregulados. El apoyo de nuestros compañeros también es una estrategia que puede ser de mucha utilidad, además de ayudarnos a desarrollar habilidades sociales y de trabajo colaborativo tan necesarias en la vida laboral actual.



jueves, 31 de enero de 2019

Escritura en la enfermedad de PARKINSON


   La escritura es una actividad motora fina que requiere de gran entrenamiento y precisión. La enfermedad de Parkinson (EP) afecta tanto a los movimientos voluntarios como automáticos, convirtiéndola en una actividad motora muy vulnerable.

   Los cambios en la escritura son un síntoma inicial frecuente en los pacientes con EP y pueden ser incluso el motivo de consulta. por ello se han propuesto como biomarcador objetivo en el diagnostico precoz y control de la progresión demostrando con tareas sencillas de escritura una sensibilidad de 95% y una especificidad del 100% para el diagnostico de EP vs controles. 

   Las alteraciones en la escritura mantienen su capacidad de discriminar entre pacientes con EP inicial en tratamiento y controles, y permiten utilizar tareas muy estandarizadas que evitan factores culturales. Por la modificación objetable de sus características bajo tratamiento dopaminérgico se ha propuesto también como medida objetiva de la respuesta a tratamiento, confirmada con la reducción de la UPDRS motora, aunque en grados de ambas mejorías no correlacionaron.

   Clásicamente se ha tendido a describir la alteración de la escritura de la EP como micrografía, si bien es solo una de las características de la escritura típicas de los pacientes.

   Wilson definió la micrografía como "la reducción del tamaño de la letra comparado con la caligrafía del paciente previa al desarrollo de la enfermedad que la justifica"

   Lo clasificó como micrografía consistente, aquella en la que se observa una reducción global del tamaño de la letra, o progresiva, caracterizada por la incapacidad para mantener el tamaño de la letra más de unos pocos caracteres.

   Diversos estudios han devaluado la prevalencia de este síntoma con resultados variables en relación a la aplicación de cuestionarios o métodos objetivos, de la fase de la EP estudiada o del numero de pacientes evaluados, pero globalmente menos de un 50 % de los pacientes presentan micrografía. La utilización mas generalizada de tabletas gráficas ha permitido la detección de variables del movimiento de la escritura ocultas a la valoración mediante escritura en papel.

   Cuatro variables destacan por su utilidad en el análisis objetivo de la alteración de la escritura: tamaño, duración, velocidad y fluencia. Los estudios con las dos primeras no han permitido diferenciar pacientes de controles mas allá del 56% de los casos, mientras que las variables cinemáticas, velocidad y fluencia, detectan mayores diferencias entre pacientes y controles y entre diferentes situaciones de tratamiento (on y off), apoyando la utilización del termino "disgrafía en la EP" que describe mejor todas las alteraciones de la escritura propias de los pacientes y sugiere que las alteraciones motoras propias de la enfermedad (bradicinesia, acinesia, rigidez, temblor, freezing de la extremidad superior) pueden alterar primariamente estos procesos cognitivos y además modificarlos por las manifestaciones motoras.

  Recientemente se ha propuesto la posible utilización del análisis  de la escritura como biomarcador en la enfermedad, incluso en fases "presintomáticas"

   FISIOPATOLOGIA DE LA DISGRAFIA EN LA ENFERMEDAD DE PARKINSON

   Los pacientes con EP presentan con frecuencia alteraciones en la ejecución de actividades motoras especializadas como la escritura, con tendencia a realizar los movimientos secuenciales de forma fragmentada. En la EP se ha sugerido que la escritura pierde su carácter automático, con mayor dependencia de claves visuales.

   La escritura es una actividad que implica mecanismos puramente motores y otros procesos relacionados con el lenguaje.

   Una revisión reciente propone un "cerebro de la escritura", dividido en dos áreas especificas de la escritura: el surco frontal superior izquierdo/gyrus frontal medial, el surco intraparietal izquierdo/área parietal superior y el cerebelo derecho; y otras áreas no especificas motoras como el área motora suplementaria, tálamo y putamen, o implicadas en procesos lingüísticos como el cortex premotor ventral y cortex temporal postero-inferior.

   En la EP de deplección dopaminérgica del estriado se considera el origen de las alteraciones en el planteamiento motor, programación, secuenciación, iniciación y ejecución, tan implicada en la escritura. Asumiendo los modelos de circuitos cortico-subcorticales implicados en la EP, muchas de las estructuras del "cerebro de la escritura" podrían suponerse afectadas.

   Se han propuesto dos modelos basados en la disfunción de los ganglios basales para justificar las alteraciones de la escritura conocidas en la EP :
  • Un modelo en el que la distribución pálido-talámica altera el inicio del movimiento y su velocidad, justificando la bradicinesia, acinesia, hipometría y, por tanto, la micrografía.
  • El modelo de Gangadhar et al, que destaca la influencia de las oscilaciones sincronizadas del núcleo subtalámico y del pálido externo para explicar las fluctuaciones de la velocidad y la reducción del tamaño de la letra. Este modelo valora que los niveles reducidos de dopamina justifican la reducción global del tamaño de la escritura, mientras que la reducción exponencial de la dopamina genera la reducción progresiva. es decir, la deplección dopaminérgica puede afectar no solo a la amplitud del movimiento, sino también a si cinemática.
   Los estudios iniciales se realizaron sobre muestras de escritura realizadas con trazos de un bolígrafo sobre papel. La presión sobre la superficie de escritura también se ha mostrado como una variable útil para la discriminación entre pacientes y controles. En estudios recientes, los bloqueos de la escritura, definidos como la interrupción brusca e involuntaria de un movimiento voluntario planar, pueden ser detectados con una tablet digital y valorados como el equivalente clínico y objectivable del freezing de la marcha.


Tesis Doctoral de Ma Pilar Sanz Cartagena
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE BARCELONA
Septiembre 2017



   








jueves, 25 de octubre de 2018

Empatia y Simpatia, Binomio Complejo



Empatía y SIMPATÍA
Binomio complejo

Dr. Nse. Luis María Labath Casís

   En el Diccionario de la Real Academia de la Lengua se dan definiciones de ambos términos que son escurridizas:

    empatía es la participación afectiva, por lo común emotiva, de un sujeto en una realidad ajena; 
    simpatía, una inclinación afectiva entre personas, generalmente, espontánea y mutua.

   El binomio empatía-simpatía, con usos y significaciones en la historia del pensamiento, con sutilidades de acercamiento y alejamiento, no siempre es bien apreciado en la vida cotidiana.



   Se trata de conceptos que remiten a la vida emocional de las personas, es decir, ambos términos se encuadran en el campo de los afectos, razón por la cual establecen algunas diferencias. Empatía, la capacidad de percibir, entender e introyectar la emoción del otro, simpatía, además de implicar la sintonía con el otro, conlleva una respuesta emocional en forma de comprensión y ayuda ante la actitud ajena.

   Primera conclusión: no es una diferencia de tipo semántico o lingüístico, sino de intención de conducta. Esto se sustenta en dos apreciaciones:

   En primer lugar, una teoría del sistema emocional de los seres humanos que, poco a poco, se ha ido viendo como una dimensión esencial de la naturaleza humana junto a la esfera cognitiva.

   En segundo lugar, como ambos términos se encuadran en el mundo afectivo, muchos teóricos se inclinan por verlos como dos procesos complementarios de la vida emocional, en donde la empatía precediese y tuviera como consecuencia indefectible el efecto de la simpatía. O sea, originalmente, se siente acerca de, es decir, se empatiza, lo que hace posible un sentir dentro que conduce a una determinada conducta, es decir, se simpatiza

   La simpatía alude a la capacidad de percibir, compartir y acompañar emocionalmente los estados mentales ajenos, un concepto popularizado filosóficamente por Hume, muy cercano al de la compasión. Posee un contenido básicamente afectivo, que puede ser observado en niños pequeños y en primates cognitivamente poco desarrollados.

  Por su parte, la empatía es una habilidad más cognitiva que afectiva. Refiere especialmente a la capacidad de reconocer las creencias ajenas, sus necesidades y sentimientos.

   Incluso si no se los comparte o si no movilizan psicológicamente, pueden utilizarse para manipular el comportamiento de otros.



   En el mundo de la filosofía y las neurociencias existe un debate permanente respecto de si es viable o no separar simpatía y empatía, y la demostración de que sí es posible es la existencia de personas con gran capacidad empática, pero mínima o ninguna habilidad simpática.

  Por otra parte, es hoy reconocida la existencia de individuos (sobre todo bebés muy pequeños e incluso animales) capaces de percibir el sufrimiento ajeno y sentirse afectados sin tener todavía un desarrollo cognitivo suficientemente complejo como para entender, o siquiera imaginar, la situación por la que la otra persona o criatura está pasando.

  Por eso la posibilidad de efectuar cierta distinción entre empatía y simpatía como capacidades diferentes que se complementan y se pueden potenciar mutuamente en ciertas circunstancias. Todo parece indicar que la simpatía es evolutivamente anterior a la empatía.

  Es simpatía cuando contagia la emoción del otro, cuando se agotan los recursos para apoyar a otro a superar una situación, o cuando se pierde la posibilidad de auto-protegerse por el dolor ajeno. La simpatía impide la visión de la realidad cuando la propia emoción lo obstaculiza con interpretación individual y única, supeditada a una valoración exclusiva.

  En cambio, la empatía permite conocer, reconocer, comprender, apreciar y valorar lo que le pasa al otro, sin perder la consciencia de lo que está sucediendo: "le pasa a él y no a mí".

  Ésta es una cierta protección para no absorber problemas que no son propios, además de una forma de mantener la capacidad y los recursos para estar presentes y dispuestos a ayudar si es necesario. Es mucho más que ponerse en los zapatos de otros, es lo que conduce a ser los mejores amigos del mundo, excelentes socios, buenos padres o líderes inspiradores; en síntesis, lleva a cultivar relaciones sinceras y de gran calidad.

  Para lograrlo, es primordial saber escuchar, preguntar y guardar silencio, tanto en la mente como en la conversación; requiere de observar sin juzgar, reconocer e interpretar las emociones ajenas, sintonizar con esas emociones a fin de entenderlas en un ambiente de intimidad y confianza, construyendo relaciones profundas y duraderas.


   No obstante, la empatía no navega sola, requiere asociarse con la asertividad o habilidad personal para expresar ideas, deseos y necesidades sin invadir o desacreditar las necesidades y apetencias de otro. Es posible empatizar con alguien sin estar de acuerdo con esa persona en cuanto se ha logrado entender al otro. A partir de ello, determinar con claridad por qué no se está de acuerdo con él y, de ser posible, mantener una relación de mutuo respeto en la que no haya espacio para generar una visión común.

 Hay personas con una disposición natural para ser empáticos: son temperamentos apasionados y melancólicos. Es decir, con alta emotividad, aunque estas cualidades nunca son garantía de caer bien a los demás o de ser carismáticos.

   Es precisamente la sutil línea que separa a la persona empática de la persona simpática. La primera, con una actitud de atender y entender al otro, la segunda, que busca la aceptación por parte de otros. En el primer caso, lo más importante es mostrar interés por la otra persona, en el segundo, se busca que el otro tenga interés en uno.

  Seguro es que muchas de las relaciones humanas comienzan con un interés por ser agradables a otros o ser simpáticos, aunque conforme se va escuchando y crece el interés mutuo el camino hacia la empatía se allanará.

  Queda claro que tener simpatía no es igual a ser empático y viceversa. Más aún, puede destacarse una u otra, o ambas cualidades simultáneamente. El empático tiene una capacidad cognitiva especial para identificarse con otra persona porque percibe y siente; es como ubicarse exactamente “dentro del otro”. El simpático siente una inclinación afectiva, amistosa, espontánea, mutua con una cualidad atractiva y agradable del carácter de la otra persona.

  Ubicarse en el interior de otro es solidaridad, esfuerzo voluntario, objetivo y racional, una intención de comprender el comportamiento ajeno, es ser empático para abandonar el prejuicio ético-moral limitante. A la vez, considerar otras variantes de acción y sus repercusiones en el medio, cuando un acto individual nunca es igual, ni en el mismo escenario ni con idénticos personajes.

   Sopesar la empatía supone valorar el impulso por entender a otra persona, manera de apaciguar las habituales reacciones de rechazo al diálogo, de implantar una óptima tolerancia, de búsqueda enfática y solución óptima de los encuentros. Enjuiciar con empatía resulta de mucho peso en los intentos, obliga a reaccionar como si fuéramos el otro, "salirse de la piel y colocarse enfrente", comprobar qué y cómo son las emociones ajenas y los motivos de ciertas decisiones. Es lo que se conoce como inteligencia interpersonal, o lo que un individuo diferente puede llegar a percibir. “La realidad no puede ser mirada si no desde el punto que cada uno ocupa, fatalmente en el universo” (J. Ortega y Gasset).

  En 1996, el grupo de Giacomo Rizzolatti descubrió un tipo de neuronas ―denominadas neuronas espejo― en el córtex ventral pre-motor de los monos macacos (zona que corresponde al área de Broca en el cerebro humano) que se activan del mismo modo cuando las acciones son realizadas por ellos mismos que cuando son producidas por un tercero. Éstas actúan literalmente como espejo reflejando la sensación de cómo otro se sentiría en el propio cerebro.


    No se trata de neuronas motrices, sino de neuronas situadas en la corteza pre-motora que no se estimulan simplemente al presentarse un estímulo, tampoco al observar a otra persona efectuar un movimiento o acción: lo hacen cuando el estímulo visual efectivo implica la interacción de la mano con el objeto de manera accidental, o al ver desarrollar una acción siendo meros observadores.

   Una neurona espejo, o ‘mirror neuron’, es una célula nerviosa que se activa y descarga cuando un animal ejecuta una acción o cuando observa mientras el otro la realiza, especialmente, si ambos son miembros de la misma especie.

   Estas neuronas espejo, y su descubrimiento, dieron pie a una enorme cantidad de especulaciones e hipótesis sobre el papel funcional que podrían tener, y se emprendieron experimentos para determinar si el ser humano y otros animales tenían sistemas parecidos, relacionados con la empatía, el lenguaje, el aprendizaje, reconocimiento de las emociones, la imitación y el autismo. La hipótesis general inicial fue descubrir la relación directa entre empatía y las neuronas espejo.


   Las deducciones no tardaron en llegar y se comprobó que el alto funcionamiento de las neuronas espejo (sistema emocional o motor) estaba correlacionado con una alta puntuación en el test de empatía y, en segundo orden, que el bajo funcionamiento de las neuronas espejo mostraba lo contrario.

   A través de ello es posible estremecerse ante las interpretaciones de los actores de cine y de teatro, leyendo un libro o disfrutando de una transmisión deportiva. Estas neuronas explican la cualidad natural del ser humano para establecer empatía con otro. Por ejemplo, vivir la sensación de dolor al ver caer a alguien; de placer cuando ríe, porque para ellas no hay diferencias entre lo hecho por uno u otro, sino que el conocimiento de otro se amplía y también sus intenciones, con las que no siempre hemos de estar de acuerdo porque empatía no implica simpatía.

   La función de estas neuronas ha sido objeto de mucha especulación para comprender las intenciones de otras personas y para el aprendizaje de nuevas habilidades por imitación. Por tanto, la empatía es la mano invisible que permite extender la propia sensibilidad a otro. Así se aprende a sonreír, hablar, caminar o bailar, porque es un fenómeno que está presente en la naturaleza humana y madura a través de la cultura.

   Vilayanur Ramachandran, uno de los pioneros en neurociencias, llama a estas células neuronas Gandhi o neuronas de empatía, y afirma que desempeñan un papel esencial en la estructura de la cultura, el desarrollo de las habilidades sociales, las redes sociales y el conocimiento.

    Reconoce la imitación como la base de las relaciones humanas por ser una sofisticada forma de inteligencia para entender a los demás y el mundo que los rodea, porque la cultura consiste en colecciones masivas de capacidades y conocimientos complejos que se transmiten de persona a persona a través de dos medios centrales: el lenguaje y la imitación, que nos han liberado de la genética al reforzar la capacidad de aprender los unos de los otros.

   El gran cambio del cerebro en la evolución se ha debido a la adaptación genética que le da a las neuronas espejo un rol específico para acelerar los avances en comprensión, comunicación y aprendizaje. Es posible ejercer influencias en los demás con la propia actitud, aceptando con ello una enorme responsabilidad y consciencia de lo que es posible irradiar, o, la huella que deja en otros o en el medio, el propio devenir. De no existir la actividad de las neuronas espejo, nunca sabríamos en qué consiste el amor verdadero, no se sabría intuir lo que significa una caricia o una sonrisa


   Para Ramachandran, las neuronas espejo podrían ser a las neurociencias lo que el ADN fue para la biología: un marco unificador capaz de explicar gran cantidad de capacidades del cerebro humano. Incluso, el científico especuló que el surgimiento de las neuronas espejo pudo haber sido la infraestructura para que los pre-homínidos desarrollaran habilidades como el protolenguaje, el aprendizaje por imitación, la empatía, la capacidad de ponerse en los zapatos del otro y, sobre todo, la teoría de las otras mentes, que no es sino la capacidad de comprender que otras personas pueden tener creencias, conocimientos y visiones distintas. Gracias a esto nos preguntamos cosas que no conocemos, pero otros sí, y decimos otras que quizás ellos ignoran.

   Ramachandran sugiere que el sistema de neuronas espejo podría ser responsable de una de las habilidades más peculiares del nuestro cerebro: la de leer la mente. Pero no como lo proponen las fantasías telepáticas, sino como la capacidad para deducir las intenciones de otras personas, predecir su comportamiento y ser más astutos que ellos. Los negocios, las guerras y la política son pródigos en ejemplos de este maquiavelismo que caracteriza al primate humano.

   Volviendo al tema del binomio, aunque todo es importante para la correcta interpretación, es posible remarcar que la empatía señala la actitud de un sujeto hacia otro a través de los sentimientos que experimenta, lo que se diferencia del contagio emocional, porque éste surge cuando una persona vive el mismo estado afectivo sin conservar ninguna distancia cuando desaparece.

   La empatía describe la capacidad intelectiva para vivenciar la manera en que siente otro individuo, el mejor modo de comprender el comportamiento ajeno, la forma de tomar decisiones, la habilidad para entender las necesidades, sentimientos y problemas de los demás: "ponerse" en su lugar y responder correctamente a sus reacciones emocionales.

     Paulatinamente se transforma en una destreza básica de la comunicación interpersonal al permitir el entendimiento sólido entre dos personas; la empatía es fundamental para comprender en profundidad el mensaje del otro y establecer el diálogo, escuchar, entender los problemas ajenos o las motivaciones. En cambio, simpatía significa una comunidad de sentimientos que existen entre dos o más personas cuando son mutuos y nacen de manera espontánea, fruto de una personalidad que supone reacciones alegres, educadas y agradables frente a las situaciones cotidianas.


   Puede notarse cuando una persona saluda a otras, cuando enfrenta la realidad con gracia y alegría sin ser entendida, necesariamente, como sentido del humor. La persona que posee simpatía no es necesariamente alguien que se considere cómica o graciosa, sino que presenta una actitud agradable y afable en las circunstancias que le tocan vivir.

   Una actitud simpática es la que hace que alguien se sienta cercano otro y pueda demostrar acompañamiento a partir de esa cercanía en términos de sensaciones o sentimientos. No es, necesariamente, una actitud alegre, sino más bien una actitud solidaria o agradable de uno a otro que está sufriendo o se encuentra en situación compleja y, con el correr del tiempo, el hecho de conocer más a la otra persona, crece lo que, en principio, no existía a través de la habilidad de inferir los pensamientos y sentimientos ajenos.


  Uno de los elementos claves de la inteligencia emocional es la empatía, porque pertenece al dominio interpersonal y se ha convertido en el rasgo característico de las relaciones interpersonales exitosas. La simpatía, como atributo natural, embellece al individuo, acaricia a los que rodea y fomenta especiales encuentros con óptima reciprocidad de afectos. Es sinónimo de alegría y libertad exquisita, transforma al privilegiado en un permanente creador de momentos especiales con sabores insaciables de intenciones de volver a vivirlos.

  Las impuras intenciones pueden hacer fingir parte del binomio, pero al descubrir esta mentira le sucede una profunda frustración e intenso dolor.

  La honestidad de sentir y aplicar estas cualidades es un hecho esencial para construir relaciones interpersonales superlativas, precisamente, por expresar emociones y sentimientos correctos, y utilizar un lenguaje directo, no ofensivo, fortaleciendo el vínculo que evita malentendidos.

   La simpatía, es natural, debe usarse de manera espontánea, para que sea amplia y satisfactoria; la empatía surge, en cambio, de una perspectiva responsable por una vida auténtica, con significados y tolerancia, un medio idóneo para acortar las brechas de separación y enconos.

  Una y otra son indispensables para preservar el buen trato y para establecer un camino común con sentido común universal.

Dr. Nse. Luis María Labath Casís
 Ex Director Médico del Hospital de Alta Complejidad José María Cullen de Santa Fe.
Ex Docente de Clínica Médica de la Faculta de Medicina de Rosario.
Ex Secretario de la Escuela de Graduados de Medicina Interna de Asociación Médica Argentina.