jueves, 13 de abril de 2017

EL OLOR EN LOS ALIMENTOS

EL OLOR EN LOS ALIMENTOS

Olor en ajos y cebollas

   Ajos, cebollas, brócolis, coliflor, col etc., no sólo se caracterizan por ser muy olorosos sino también porque tienen el mismo mecanismo de producción de olores. Se trata, en general, de dos sustancias separadas por la membrana celular, la cual al romperse (sea por corte, macerado, cocimiento, etc.) permite que reaccionen produciendo las sustancias odoríferas. En la coliflor; por ejemplo, la sinigrina y la mirosinasa se encuentran separadas, pero al juntarlas la mirosinasa descompone a la sinigrina en aceite de mostaza que a su vez da lugar a ácido sulfhídrico (el mismo de los huevos cocidos o peor; podridos). 
   La mejor manera de limitar los olores de brócolis, coliflor; etc., es cocinar con una gran cantidad de agua para reducir el tiempo de cocción y, obvio, emplear tapadera. Aunque, paradójicamente, puede tenerse menor olor a col en la cocina si no se pone la tapadera; los ácidos volátiles, responsables de la producción del ácido sulfhídrico, se eliminan rápidamente del agua cuando no se pone la tapadera. 
   El ajo, como mencionamos anteriormente, posee dos compuestos: la aliina y la alinasa. La reacción, como mencionamos, está impedida por la membrana celular que separa ambos compuestos. Sólo cuando rompemos la membrana, al cortarlo, triturarlo, macerarlo, etc., se produce el característico olor a ajo debido a la nueva sustancia, llamada alicina, un tiol o mercaptano.
   Entre paréntesis, el azufre también se encuentra en las cebollas, los huevos, los puerros y el gas de cocina. En general los tioles son compuestos muy olorosos, un olfato sin entrenamiento especial puede captar a una sola de estas partículas en 3 millones de partículas de aire. 
   La aliina está presente en el ajo en muy baja concentración, sólo 0.24% y es una molécula inodora; sólo cuando se pone en contacto con la enzima alinasa se produce la alicina. Esta sustancia es la que más contribuye al olor característico del ajo, pero también intervienen el disulfuro de dipropilo, el disulfuro de dialilo, trisulfuro y tetrasulforo de dialilo, etc. Todas estas moléculas contienen átomos de azufre. 
   Con las cebollas ocurre algo semejante que con los ajos: sólo al triturarlas, macerarlas, cortarlas, etc., se produce el olor típico y, en este caso, el lagrimeo consecuente. Nuevamente hay dos reactantes separados por la membrana celular.
   La cebolla contiene también un compuesto muy semejante a la aliina, sólo que sus átomos están acomodados de diferente manera, la alinasa de la cebolla la convierte en una sustancia lacrimógena. Que, a decir verdad, son más de 50 estructuras químicas diferentes, con sus respectivos nombres.
    En este caso la nueva molécula es muy reactiva y muy soluble en agua, de aquí que se disuelva en la película acuosa que cubre los ojos irritándolos y produciendo el lagrimeo. La misma solubilidad es el remedio para evitar el llanto cebollino: cortar las cebollas bajo el chorro de agua.
   Hay muchos remedios tradicionales al llanto que provoca la cebolla: sostener un pedazo de cebolla en la cabeza (efectivo, pues se mantienen los ojos alejados de los gases); sostener un cerillo usado entre los dientes (efectivo, el carbón absorbe los gases); enfriar las cebollas antes de cortarlas (efectivo, disminuye la volatilidad de las sustancias lacrimógenas), etcétera. 
   Tanto en el caso de las cebollas como en el de los ajos la alinasa actúa sobre otras sustancias. La aliina del ajo tiene un autoenlace débil en su estructura el cual, al contacto con la alinasa, se rompe quedando expuesto a la acción del agua que parte a la molécula de aliina y la separa de la alinasa. La alinasa queda entonces dispuesta a recibir nuevas moléculas de aliina y repetir la secuencia. 
   Es obvio que se puede controlar la intensidad del sabor a ajo o cebolla controlando la cantidad de membranas destruidas, es decir; el tamaño de la picadura de ajo y cebolla. También se puede controlar con la temperatura de cocimiento puesto que el calor destruye las paredes celulares.
   Y también con el tiempo de cocimiento, ya que las moléculas con azufre (responsables del sabor y olor a ajo o cebolla) se evaporan fácilmente de los alimentos.
   Por otro lado, los compuestos azufrados entran al torrente sanguíneo y salen con el aliento y el sudor. De aquí que el olor de las personas, efectivamente, depende de su dieta y no sólo de su higiene. 
El olor del pescado

   El olor del pescado es debido a las láminas que resultan de la descomposición de las proteínas de la carne.  La forma tradicional de disminuir el olor a pescado es rociar jugo de limón.
    El grupo amino presente en los compuestos volátiles del pescado tiene la capacidad de asimilar iones hidrógeno, con lo cual la molécula queda cargada eléctricamente.
   Ahora bien, puesto que los ácidos tienen una gran abundancia de iones hidrógeno, el jugo de limón suministra los iones que cargan eléctricamente a las aminas odoríferas y suministra también el agua en que quedarán disueltas. Con lo anterior las partículas odoríferas quedan disueltas en el agua del jugo de limón sin llegar a las membranas de la nariz del comensal.

El olor de los huevos cocidos
   El característico olor de los huevos cocidos lo causa, ya lo hemos dicho, el ácido sulfhídrico  producido por la descomposición de las proteínas. La temperatura del cocimiento hace que la albúmina principal componente de la clara, después que el agua) genere este gas que, afortunadamente, es muy soluble en agua. Ahora bien, los gases son más solubles a baja temperatura por lo que conviene poner el huevo recién cocido bajo el chorro de agua fría por unos segundos.
   Lo anterior tiene una ventaja más: se evita la formación de una desagradable capa verdosa sobre la yema de huevo. Ésta, como es sabido y lipovitelinina, que contienen hierro; éste descompone al ácido sulfhídrico formando un sulfuro verdoso que cubre a la yema. 

AROMAS
   Un aroma no está compuesto por una sola sustancia. Por ejemplo, en el alcanfor se han identificado... 75 sustancias. Sucede lo mismo con los sabores: resultan de la mezcla de una gran cantidad de compuestos químicos.
    Por ejemplo, en el durazno se han identificado... 150 sustancias. Ver Sabores.

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