lunes, 24 de julio de 2017

2 Prescott Formulas Románticas

   Entre las características dogmáticas, de inspiración chateaubriandezca y scottiana, de la historiografía romántica, todos los tratadistas están de acuerdo en destacar el valor acordado al llamado color local y a la descripción (descubrimiento o recreación) pictórica del paisaje del escenario natural. Junto a estos ti`picos elementos hay que poner las escenas espectaculares (batallas específicamente dramáticas, teatrales, entre dos ejércitos, grupos, naciones o caracteres heroicos contrarios y la confinaciòn en el tiempo y en el espacio de un gran tema.

   La resurrección del pasado, pintándolo no como fue sino como se imaginaba que fue, es alcanzada mediante reconstrucciones muy ingeniosas del lenguaje y de los trajes, de sus enseres, armas, viviendas y en su mayor parte, por medio de bagatelas sin cuento a fin de trasladar al lector al país y a la época cuya historia cuenta. Historiadores como Chateaubriand, Agustin Thierry y, sobre todo, Amable Barante recurren a estas engañosas y rebuscadas recreaciones y cifran casi todo su interés en darnos una matizada y animada narración en lugar de asegurar la verdad de esta. Escriben para narrar y no para probar (Scribitur ad narrandum, non ad probandum), como lo aconsejara Quintiliano.

   La Historia no tenia, por consiguiente, que analizar con frialdad, sino emocionar como la poesía, puesto que, a fin de cuentas, la verdad poética, como lo había proclamado Aristóteles, era superior a la verdad histórica. Se prefería la emoción, el sentimiento y la imaginación por sobre la razón; existía mayor interés por el colorido poético y lo pintoresco que por lo profundo; mas inclinación había por gustar los detalles externos que por ahondar en los grandes problemas históricos; en suma, se trataba de señalar el curso de los acontecimientos por el medio más simple, claro y encantador, sin penetrar en la búsqueda de los últimos significados. 

   Como el propio Prescott expresaba: había que esforzarse en exhibir de la manera mas ampliamente posible el estado del sentimiento publico, la civilización, el bienestar personal del periodo histórico, tomando a préstamo el lenguaje y procurando reflejar las maneras de la época de un modo tal que pareciesen contemporáneas.

   Prescott, hombre de su tiempo pero a la vez buen conocedor de los clásicos grecolatinos, de acuerdo con la fórmula de Plinio (multum, non multa) así como de los autores antiguos y modernos de Inglaterra, Italia y Francia, no podía hurtarse a la corriente historiográfica romántica ni tampoco a la producción paralela histórico-novelista y asimismo romántica de un Walter Scott, cuya influencia en el historiador es palpable y a la que Prescott alude en diversos lugares de la Memoranda. 

   En la Miscelanea critico-biográfica el bostoniano se dedica a la defensa de su admirado escritor, en un ensayo de 69 paginas escrito fundamentalmente para poner de relieve el carácter moral y los valores históricos de las novelas del escoses, y sobre todo para defenderlo de los ataques de Chateaubriand. Contra lo que sostenía el temible critico francés, Walter Scott, opina el comentarista, había mejorado el carácter de lo novelesco e histórico pues había dotado a la novelística con un nuevo valor al cimentarla sobre la historia, y al mismo tiempo había dado un nuevo método y encanto a la Historia al embellecerla con las gracias de la novela.

   El novelista, añadía Prescott, tiene que ser fiel a los caracteres que dibuja y mantener el interés de la trama; el historiador tiene que proceder lentamente en el examen y descifre de sus fuentes para obtener, mediante la técnica judicial y siguiendo el trillado rastro de los eventos, un juicio imparcial. Cuando el historiador pide prestada la técnica de Scott, mejora a la Historia con los adornos de la ficción. El novelista tiene frente a si las ilimitadas regiones de la ficción y solo ha de procurar que su retrato histórico sea fiel a los originales. La ficción puede ademas auxiliar a la Historia y puede de hecho contener verdad de carácter, aunque no de situación.

BioIngobernabilidad Infantil

BIOLOGÍA DE LA INGOBERNABILIDAD

  Una de las Principales leyes de Ecología de Poblaciones establece:

  • Todo conjunto de individuos (seres vivos sociales) tiene un líder o guía. 
  • Dicho líder debe ser el de mayor edad, experiencia de vida, madurez, prestigio y jerarquía.
  • Solo hay uno por espacio geográfico determinado, (Casa, Empresa, Comunidad o Estado).
  • A toda estructura Social se le llama Gobierno o Sistema de Gobierno.
   La familia existe desde que se estableció el cuidado parietal hace mas de 450 millones de años,
dicho comportamiento natural se encuentra en nuestros programas sociales de la amígdala e hipotálamo para protección y reconocimiento de cada especie.

   Estos programas no se basan en ideas filosóficas humanas ni la amígdala ni el hipotálamo se adaptaran a las nuevas ideas sociales, ya que no tienen oídos, solo reaccionan a nuestras conductas, si rompes las reglas cuyos objetivos tienen funciones biológicas precisas y responsables, tendrás por lógica el resultado de rompimiento de estructuras sociales, emocionales y mentales.

   El hombre es una especie gregaria, diurna, familiar, mamífera, que tiene el libre albedrío de vivir su vida con libertad de ideas, sin embargo, el cuidado parietal es un sistema biológico no filosófico.

   Bajo estas premisas lógicas NO NEGOCIABLES pero sí muy reaccionables biológicamente (agresión) tenemos las siguientes sentencias:


  • Alguien debe ser el líder del hogar, la democracia no existe en la Naturaleza.
  • Los niños no tienen ni la edad, experiencia de vida, madurez, prestigio y jerarquía para mandar en la casa. 
  • Si el niño manda, significa ausencia de padres, ausencia de adultos, ausencia de Individuos cuya función es enseñar a los niños a ser adultos con la única forma de dar el ejemplo: Haciendo, no hablando.
  • Un hogar sin Gobierno es un hogar sin amor.
  • Un hogar sin Gobierno es un lugar con agresión intrafamiliar y enfermedades emocionales. 
  • La peor orfandad es vivir con padres infantiles.


La conclusión es muy simple:

"LOS NIÑOS INGOBERNABLES
 SON EL RESULTADO
 DE PADRES INFANTILES
 CON VIDAS INCONGRUENTES"
Bióloga-Ecóloga-Etóloga Atzimba Prescott






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viernes, 21 de julio de 2017

1 Prescott Historiografía Romántico-erudita

   WILLIAM HICKLING PRESCOTT Historiador

 La historiografía estadounidense anterior a Prescott se puede decir que era prácticamente desconocida para los estudiosos e historiadores europeos. Washington Irving había no obstante logrado cierta notoriedad con la publicación de su vida de Colón (1828) y la Crónica de la Conquista de Granada (1829); pero como estas obras no estaban montadas sobre vasta base documental científica, se le tuvo mas por un ameno literato de sesgo histórico que por un autentico historiador. George Bancroft, que había estudiado con Heeren en Gottinga y del que tradujo al ingles algunos ensayos, obtuvo palabras de alimento de su maestro y recibió asimismo las "criticas disfrazadas de elogio" de Ranke, amén de los juicios desdeñosos de Carlyle; pero fuera del reducido circulo profesional de Europa siguió siendo ignorado.
   
   Cuando Prescott publicó en 1837 su obra acerca de los Reyes Católicos, no solo consiguió forjarse un nombre sino que también alcanzo a ocupar un puesto destacado dentro del casi hermético cónclave de historiadores romántico-eruditos. La fama ya no le abandono, y tras la publicación de las historias sobre la Conquista Española de México y del Perú, su nombre corrió de boca en boca y sus libros (el relativo a México, por ejemplo) compitieron ventajosamente con los "best sellers" de aquel tiempo, con la cabaña del tio tom (1852). De golpe su nombre (tras la aparición de la historia sobre los Reyes Fernando e Isabel) fue conocido en ambas orillas del Atlántico y enseguida comenzó a brillar con luz propia en el firmamento historiográfico de su época.

   Por supuesto, la metáfora astronómica resulta en ocasiones como esta, muy socorrida y apropiada; su utilidad es evidente dado que con ella se refleja el espíritu competitivo y profesional de los historiadores pertenecientes a la primera mitad del siglo XIX.

   Agotado al parecer el gran ciclo historiográfico-ilustrado, se había dejado paso franco a la escuela erudito-romántica en la que destacaban notabilidades como Niehbur, Raumer, Ranke, Droysen, Mommsen, Thierry, Barante, Thiers, Ghizot, Michelet, Chateaubriand y otros. Casi todos ellos habían ya publicado su obra capital respectiva para cuando Prescott se dispuso a editar su primer libro: el mejor sobre historia publicado jamas en Norteamérica, escribirá el crítico ingles R. Ford. Destacar, como lo hizo Prescott, entre aquellos luceros científicos no fue empresa fácil, según apuntamos, ni tampoco lo fue el mantenerse siempre a la misma altura de los otros, o incluso a más si medimos con el barómetro del entusiasmo popular.