SILENCIO
Por qué el
silencio es tan importante para nuestro cerebro
“El ruido
innecesario
es la falta de
atención más cruel
que se le puede infligir a una persona,
ya esté sana o
enferma”.
Afirmó Florence Nightingale, una mujer
extraordinaria considerada precursora de la enfermería moderna. Casi dos siglos
más tarde, la ciencia ha confirmado que nuestro cerebro necesita el silencio
casi tanto como nuestros pulmones el oxígeno. El silencio contribuye a
regenerar el cerebro
Nada fortifica tanto las almas como el silencio.
(Jacinto Benavente)
Hasta hace poco se pensaba que las neuronas
no podían regenerarse y que nuestro cerebro estaba condenado a un declive
progresivo e inexorable. Sin embargo, con el descubrimiento de la neurogénesis
todo ha cambiado, ahora los neurocientíficos se centran en descubrir qué puede
promover la regeneración neuronal.
En este sentido, un grupo de investigadores
alemanes del Research Center for Regenerative Therapies Dresden han
descubierto que el silencio tiene un impacto enorme en el
cerebro. Estos científicos comprobaron que en el cerebro de los ratones
que se quedaban en silencio durante dos horas cada día crecían nuevas
células en el hipocampo, la región del cerebro relacionada con la memoria, las
emociones y el aprendizaje.
Además, constataron que esas nuevas células
eran capaces de diferenciarse e integrarse en el sistema nervioso central para
cumplir diferentes funciones. Por tanto, reservar algunos minutos al día
para estar en completo silencio podría ser muy beneficioso para nuestro
cerebro, ayudándonos a conservar la memoria y a ser más flexibles ante los cambios.
El silencio
permite que el cerebro le dé sentido a la información.
Nuestro
cerebro tiene una “red por defecto” que se activa cuando estamos descansando.
Esa red se encarga de evaluar las situaciones e información a la que nos hemos
expuesto a lo largo del día y las integra en nuestra memoria o las descarta si
son irrelevantes.
Básicamente, esa red funciona reclutando una
serie de regiones del cerebro, que son las encargadas de seguir trabajando por
debajo del nivel de la conciencia. También es la principal responsable de los
destellos de genialidad ya que se encarga de ir atando cabos y buscar
soluciones a los problemas.
Recientemente, investigadores de la Universidad
de Harvard descubrieron que esa red se activa de forma especial
cuando reflexionamos sobre nosotros mismos, por lo que sería esencial para
reafirmar nuestra identidad. Estos investigadores también apreciaron que la red
por defecto se activa cuando estamos en silencio y con los ojos cerrados ya que
cualquier estímulo del medio que nos distraiga la “apagaría”.
El silencio es el elemento
en el que se forman todas
las cosas grandes.
(Thomas
Carlyle)
El silencio
es el mejor antídoto contra el estrés
Las ondas del sonido provocan vibraciones en
los pequeños huesos del oído, los cuales transmiten el movimiento a la cóclea,
donde esas vibraciones se convierten en señales eléctricas que llegan hasta el
cerebro. El problema radica en que nuestro cuerpo está programado para
reaccionar de manera inmediata ante esas señales, incluso en medio de un
sueño profundo. Por eso, el ruido provoca una activación de la amígdala,
la cual responde estimulando la producción de hormonas como la adrenalina y el
cortisol, que incrementan nuestro nivel de estrés.
Por eso, no es extraño que un estudio
realizado por investigadores de la Universidad de Cornell haya
descubierto que los niños que viven en zonas cercanas a los aeropuertos,
donde hay mucho ruido, son más vulnerables al estrés. De hecho, estos
niños tenían una presión arterial más alta y niveles más elevados de cortisol.
Afortunadamente, el silencio tiene el efecto
opuesto en nuestro cerebro. Mientras el ruido causa tensión y estrés, el
silencio tiene un efecto sanador y relajante. Así lo comprobaron
investigadores de la Universidad de Pavia, quienes descubrieron que: Tan
solo dos minutos en silencio absoluto son más beneficiosos que escuchar música
relajante y provocan una mayor disminución de la presión sanguínea.
La mejor terapia
para el enfermo emocional de lenguaje: “neurótico”,
ponerlo en silencio absoluto por 28 días lo desconecta de la drogadicción de
adrenalina que le produce gritar sin sentido de realidad y con un disco rayado
del pasado “me hicieron, me dijeron”.
Disfruta del
silencio. Tu cerebro, tu cuerpo y tu mente te lo agradecerán.
Etologia Humana Atzimba
los beneficios del silencio
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